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El doctor Ox

Editado
© Ariel Pérez
3 de diciembre del 2002
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El doctor Ox
Capítulo XVII
Donde se explica la teoría del doctor Ox

¿Qué es lo que había hecho ese misterioso doctor Ox? Un experimento fantástico y nada más.

Después de haber establecido sus tuberías de gas, había saturado de oxígeno puro, sin mezcla alguna de nitrógeno, los edificios públicos, luego las casas particulares y, por último, las calles de Quiquendone.

Ese gas, que carece de olor y de sabor, esparcido en alta dosis por la atmósfera, produce, después de aspirado, perturbaciones. Cuando se vive en un ambiente saturado de oxígeno, se sienten excitaciones y enardecimiento.

Al entrar después en la atmósfera ordinaria se recobran las facultades habituales, como aconteció con el consejero y el burgomaestre cuando, llegados a lo alto de la torre, se encontraron con aire ordinario, porque el oxígeno, como más pesado, se mantiene en las capas inferiores.

Pero también viviendo con tales condiciones, respirando el gas que transforma fisiológicamente, no tan sólo el cuerpo sino el alma, se muere pronto, como los insensatos que hacen excesos en la vida.

Fue, pues, una fortuna para los quiquendonenses, que la explosión providencial diese fin al peligroso experimento, destruyendo la fábrica del doctor Ox.

En resumen, y para concluir, la virtud, el valor, el talento, el ingenio, la imaginación, todas esas cualidades o facultades, ¿serían tan sólo una cuestión de oxígeno?

Tal es la teoría del doctor Ox, pero hay el derecho de no admitirla, y por nuestra cuenta la rechazamos desde todos los puntos de vista, a pesar del fantástico experimento de que fue teatro la honorable villa de Quiquendone.

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