Frritt-Flacc
Capítulo II
¡Froc...! Un discreto golpe resuena en la
estrecha puerta del Seis-Cuatro, abierta en el ángulo izquierdo
de la calle Messagliere. Es una casa de las más confortables, si
esa palabra tiene algún sentido en Luktrop; una de las
más ricas, si el ganar un año por otro algunos miles de
fretzers constituye alguna riqueza.
Al golpe ha respondido uno de esos ladridos salvajes,
en los que hay algo de aullido, y que recuerdan el ladrido del lobo.
Luego se abre, por encima de la puerta del Seis-Cuatro, una ventana de
guillotina.
-¡Al diablo los inoportunos! - dijo una voz mal
humorada.
Una jovencita, tiritando bajo la lluvia, envuelta en
una mala capa, pregunta si el doctor Trifulgas está en casa.
-¡Está o no está,
según!
-Vengo porque mi padre se está muriendo.
-¿Dónde se muere?
-En Val Karniu, a cuatro kertses de
aquí.
-¿Y se llama...?
-Vort Kartif.
-Vort Kartif... ¿el hornero?
-Sí, y si el doctor Trifulgas...
-¡El doctor Trifulgas no está!
Y la ventana se cerró brutalmente, mientras que
los Frritts del viento y los Flaccs de la lluvia se
confundían en un alboroto ensordecedor.
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