Un milenio de cambios por Ariel Pérez
(Introducción a la traducción española de
En el siglo XXIX: la jornada de un periodista americano en el
2889)
Hacia finales del siglo XIX, Verne era ya un escritor
famoso. Sus novelas de nuevo tipo, que marcaron el nacimiento de un
estilo diferente al del resto de los escritores de la época, lo
encumbraba hacia un puesto de vanguardia en la literatura universal.
Hasta el momento sus novelas de exploración científica,
de glorificación y de desarrollo de la tecnología eran
abundantes. Aún cuando se decía que Verne había
profetizado varias invenciones futuras, lo cierto es, que todas ellas
estaban cercanas en el tiempo. Solo le faltaba al genial escritor
francés escribir una obra de similar corte, pero con una
ubicación en tiempo y espacio mucho más lejanas que sus
predecesoras.
Exactamente en el año 1889 aparece una
sorprendente historia que se salía de toda cronología
lógica. Con la aparición de este relato los llamados
especialistas y estudiosos de su literatura se vieron obligados a
reformular viejas tesis, revisar los criterios expresados con
anterioridad y replantear antiguas interpretaciones en relación
con su vida y su obra.
La historia en cuestión, titulada En el
siglo XXIX: La jornada de un periodista americano en el 2889, es
indiscutiblemente profética, tanto en su contenido como en su
tono. A través de la historia se describe el transcurso de un
día en la ocupada vida del dueño del periódico
más grande del mundo, el Earth Herald, cuyas oficinas
radican en una ciudad a la cual se le bautiza como Universal
City. Con este argumento inicial Verne es capaz de brindarnos una
detallada descripción de este mundo futuro, sus avances
tecnológicos, sus relaciones internacionales y sus
interioridades sociales.
En este mundo dibujado por Verne podemos conocer los
medios de transporte de las futuras generaciones que se auxilian de
máquinas tales como: los aerocoches, los aeroómnibus y
los aerotrenes, los cuales han sustituido todo tipo de transporte
terrestre. Las residencias de los hombres de la época son
descritas de la siguiente manera: "...modernas ciudades con
calles de cien metros de ancho, con casas de trescientos metros de
altura, a una temperatura siempre igual...". Otra de las
grandes invenciones que se nos describe está localizada en la
existencia de grandes tubos neumáticos instalados a
través de los océanos y por los cuales los hombres pueden
transportarse a una velocidad de ¡1 500 kilómetros por
hora!
En el campo tecnológico, Verne nos plantea un
mundo donde existe un medio de comunicación como la telefoto;
donde los hombres poseen acumuladores que generan energía de
forma ilimitada; donde abundan grandes proyectores que sirven para
reflejar, en las nubes, los anuncios comerciales de las grandes
compañías; donde hay presencia de máquinas que
afeitan, lavan y visten a sus inquilinos; donde es posible la
comunicación interplanetaria que da como resultado el
descubrimiento de un nuevo planeta - al que nombran Gandini - que se
dice está más allá de la órbita de Neptuno;
y donde por demás es conducida la comida diaria de las personas
a través de grandes tuberías que desembocan en la propia
casa del solicitante. Es tanto el desarrollo en el campo de la
tecnología que se nos propone incluso algo sobre el cumplimiento
de la reciente teoría de la hibernación del cuerpo
humano, que se ha dado en llamar criogenia.
En el plano político, quizás la
más importante de todas las predicciones resulta ser la
anexión de Gran Bretaña y Canadá por los Estados
Unidos, donde radica la ciudad que resulta ser en esta época la
capital de las dos Américas. No menos interesante resulta la
anexión por parte de Rusia, de algunos países orientales
como India y China.
Durante varios años la historia de Verne se
hizo famosa al extremo de que era publicada en casi todas las
recopilaciones de ciencia ficción que se editaban. Y es,
recientemente, que esta historia ha vuelto a motivar polémicas,
tal y como lo motivó en su época de publicación.
Pero, esta vez, no es el argumento, ni las descripciones
tecnológicas avanzadas de la historia lo que ha hecho resurgir
las discusiones de los estudiosos, sino las recientes pruebas
aparecidas, las cuales han puesto en duda la autenticidad del
relato.
Algunos estudiosos europeos han comenzado a atribuir
la escritura de la historia a Michel Verne, el hijo de Julio. Por otro
lado, los defensores más tradicionales de la obra del
francés han reaccionado con indignidad y escepticismo.
Recientemente, un biógrafo americano contemporáneo
expresó:
"Quizás el salto más grande en la
imaginación científica de Verne fue el cuento En el
siglo XXIX: La jornada de un periodista americano en el 2889.
Existen algunos criterios acerca de la autenticidad de este trabajo que
se publicó por primera vez en el año 1910 en la
colección de cuentos Ayer y mañana. Algunos
especialistas sienten que es el trabajo de Michel Verne; pero hay dos
razones importantes, sin embargo, para atribuirlo a su padre. La
primera es que en el año 1885 el señor Gordon Bennett,
quien era el editor de The Herald de Nueva York, le
sugirió a Verne que escribiera una historia sobre cómo
sería la vida en América en los próximos siglos.
Verne tendría suficiente tiempo para escribirla y hubiera sido
un desaire de su parte negarse a la demanda de una persona cuyo
periódico figuró tan a menudo en sus trabajos. La segunda
razón es que, recientemente, se ha comprobado que Julio Verne
completó al menos el argumento general de la historia,
según se pudo observar en una versión que fue publicada
en Mémoires de l’Académie d'Amiens en el
año 1890"
En contraposición a la respuesta dada por este
biógrafo, varios estudiosos rebatieron sus ideas
basándose en las diferentes versiones publicadas. La primera vez
que esta historia apareció fue en idioma inglés y fue
editada en el año 1889 en el periódico The Forum,
de la ciudad de Nueva York. Al siguiente año fue traducida al
francés siendo sustancialmente modificada, cambiando, incluso,
el título por La jornada de un periodista americano en el
2890. Esta versión fue la que se publicó en
Mémoires de l’Académie d'Amiens tal y
como había expresado el biógrafo americano.
Un año después, en 1891, la historia fue
impresa nuevamente con el mismo título en la sección del
suplemento ilustrado del periódico francés Petit
Journal. Luego de la muerte de Verne se reimprimió y fue
incluida bajo el título En el siglo XXIX: La jornada de un
periodista americano en el 2889, en la colección de cuentos
Ayer y mañana, publicada en el año 1910. En esta
última versión apareció una nota al pie de la
página inicial de la historia que declara:
"Esta historia apareció por primera vez en
inglés, en febrero del año 1899, en el periódico
norteamericano The Forum. Luego, fue reimpresa con algunas
modificaciones en francés. En la presente versión el
texto original inglés es referido en ocasiones como
M.J.V"
De acuerdo a la investigación de Piero Gondolo
della Riva - quien fue el primero que rastreó toda la
laberíntica historia editorial de este cuento - existen
importantes diferencias entre la versión original publicada en
The Forum y las versiones que más tarde fueron publicadas
en francés.
Para ilustrar estas variaciones digamos, por ejemplo,
que el día en que se desarrolla la historia es el 25 de
septiembre en el original (la versión inglesa), siendo el 25 de
julio en las versiones francesas; el nombre original del
periódico es Earth Chronicle y luego se convierte en
Earth Herald; el editor fue nombrado originalmente Fritz
Napoleon Smith y luego este cambió a Gordon Benett, sin lugar a
dudas en honor al citado James Gordon Bennett del famoso
periódico norteamericano New York Herald. Existen
también algunas diferencias en la parte textual entre la
versión en inglés y las reimpresiones francesas de los
años 1889, 1891 y 1910.
Estas diferencias hicieron que el propio Piero
Gondollo della Riva comenzara a buscar en los archivos de la Biblioteca
Nacional de París alguna información que le proporcionara
una explicación a este hecho. Allí, descubrió una
carta desconocida hasta ese momento, la cual estaba fechada en 1889.
Era una carta de Julio Verne dirigida al hijo de Julio Hetzel, quien
había asumido el manejo de la editorial luego de la muerte de su
padre. En un fragmento de la carta Verne escribe:
"El artículo del que le hablé
durante su visita a Amiens apareció por primera vez en el
periódico The Forum de Nueva York, después de
algunos acuerdos entre mi hijo y yo; fue (entre nosotros) completamente
escrita por él y esto parece haberlo hecho muy feliz. De manera
que... de los 1 000 francos le he dado 500 a Michel..."
La prueba entonces parece irrefutable; fue Michel
quien escribió el texto original. Aparentemente, un año
después de que la historia fuera publicada, Julio tomó el
texto escrito por el hijo, lo mejoró y lo recirculó en
algunos periódicos franceses, aún cuando nunca
permitió que la historia fuera publicada (al menos mientras
vivía) como parte de su colección Los viajes
extraordinarios.
Al descubrirse que Michel fue realmente quien
escribió la historia, muchos de los críticos de las obras
del escritor francés arremetieron de nuevo con la teoría
de que el galo era un escritor conservador que no había sido
capaz de predecir el futuro de la sociedad o de proyectarse varios
años hacia adelante en el tiempo. Sin embargo, la inesperada
aparición de París en el siglo XX en el año
1994, volvió a motivar la eterna discusión entre los
especialistas y estudiosos de su obra.
Pese a todo, muchos de los estudiosos e investigadores
de sus escrituras admiten que En el siglo XXIX: La jornada de un
periodista americano en el 2889 puede y debe ser considerada como
parte de la obra de Julio Verne. Mientras se hagan nuevos
descubrimientos y se continúen aportando ideas desde los
distintos lugares de planeta, le invitamos a que se siente
cómodamente y se disponga a disfrutar de este maravilloso paseo
que significa proyectarse mil años hacia adelante en el tiempo e
imaginar, al igual que lo hizo Julio Verne, que cambios deparará
la rueda del tiempo para las futuras generaciones.
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