I |
En el cual el juez John Proth lleva uno de los
más gratos deberes de su cargo antes de volver al
jardín |
II |
Que introduce al lector en la residencia de Dean Forsyth y le pone
en relación con su sobrino Francis Gordon y la buena Mitz |
III |
En el cual se trata del doctor Sydney Hudelson, de su mujer, de
mistress Flora Hudelson, de miss Jenny y de miss
Loo, sus dos hijas |
IV |
Cómo dos cartas, dirigidas la una al observatorio de
Pittburgh y al observatorio de Cincinnati la otra, fueron clasificadas
en el legajo de los bólidos |
V |
En el que, a pesar de su encarnizamiento, mister Dean
Forsyth y el doctor Hudelson, sólo por los diarios tienen
noticias de su meteoro |
VI |
Que contiene algunas varaiciones, más o menos
fantásticas , sobre los meteoros en general y en particular
sobre el bólido, cuyo descubrimiento se disputan los
señores Forsyth y Hudelson |
VII |
En el que podrá verse a mistress Hudelson
apesadumbrada por la actitud del doctor y se oirá a la buena
Mitz sermonear a su amo de buena manera |
VIII |
En el cual las polémicas de la prensa agravan la
situación; y que se termina con la consignación de un
hecho yan cierto como inesperado |
IX |
En el cual los periódicos, el pueblo, mister Dean
Forsyth y el doctor Hudelson celebran una orgía de
Matemáticas |
X |
En el que se le ocurren hasta dos ideas a Zephyrin Xirdal |
XI |
En el que mister Dean Forsyth y el doctor Hudelson
experimentan una violenta emoción |
XII |
En el cual se ve a mistress Arcadia Stanfort esperar, a su
vez. no sin una gran impciencia; y en el que mister John Proth
se declara incompetente |
XIII |
Donde se ve surgir, como lo previno el juez John Proth, un tercer
ladrón, muy pronto seguido de una cuarto |
XIV |
En la cual la viuda Thibaut, tocando incosideradamente los
más elevados problemas de la mecánica celeste, produce
grandes inquietudes al banquero Robert Lecoeur |
XV |
Donde J. B. K. Lowenthal, designa el agraciado con el premio
gordo |
XVI |
Donde se ve a muchos curiosos aprovechar esta ocasión de ir
a Groenlandia y asistir a la caída del extraordinario
meteoro |
XVII |
Donde el maravilloso bólido y un pasajero del Mozik
encuentran, éste a un pasajero del Oregón y
aquél al globo terrestre |
XVIII |
En el cual, para alcanzar el bólido, Mister Schnack y
sus numerosos cómplices cometen los delitos de escalo y
fractura |
XIX |
Donde Zephyrin Xirdal experimenta una aversión creciente
hacia el bólido, y lo que de ello se sigue |
XX |
Que tal vez se leerá con sentimiento, pero que el respeto a
la verdad histórica obligó al autor a escribir tal y como
lo lo registraron un día los anales astronómicos |
XXI |
Último capítulo, que contiene el epílogo de
esta historia, y cuya última palabra corresponde a mister
John Proth, juez de Whaston |