Frritt-Flacc
Capítulo VII
A la mañana siguiente no se encontró
más que un cadáver en la casa del Seis-Cuatro: el del
doctor Trifulgas. Lo colocaron en un féretro, y fue conducido
con gran pompa al cementerio de Luktrop, junto a tantos otros a quienes
él había enviado según la fórmula.
En cuanto al viejo Hurzof, se dice que, desde aquel
día, recorre sin cesar la landa, con la linterna encendida en la
boca, aullando como un perro perdido.
Yo no sé si es así; ¡pero pasan
cosas tan raras en el país de Volsinia, precisamente en los
alrededores de Luktrop!
Por otra parte, se los repito, no busquen esta villa
en el mapa, Los mejores geógrafos aún no han podido
ponerse de acuerdo sobre su situación en latitud, ni siquiera en
longitud.

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