La anticipada visión de la
capital francesa
por Ariel
Pérez
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Catálogo de imágenes de París en el
siglo XX
Nuevas teorías
sobre la obra de Verne aparecieron a finales del año 1994,
cuando fue publicada en Francia una novela "perdida" del
autor llamada París en el siglo XX, que durante
aproximadamente ciento treinta años se mantuvo en el anonimato.
El manuscrito que sirvió como base a la novela fue completado en
1863 y después de ser encerrado en una caja de seguridad, fue
descubierto en 1989 por Juan Verne, el tataranieto de Julio. Nadie pudo
imaginar que el llamado "padre de la ciencia ficción"
reaparecería más de cien años después,
provocando todo un gran revuelo entre los estudiosos de su obra. Esta
historia, autentificada como una de las primeras escritas por el
francés, adquirió gran significación para los
literatos, así como para la reputación de Verne ante el
lector tradicional. La nueva publicación desmiente la conocida
imagen de Verne como "apóstol del progreso
científico". Antes de comenzar a aportar elementos sobre el
tema, echemos una ojeada a la novela en sí.
El principio de la historia se ubica en París,
exactamente el día 13 de agosto de 1960. Ese día, la
Corporación Nacional de Crédito Instruccional - una
moderna versión del viejo Ministerio de Educación creado
en 1937 durante el reinado de Napoleón V - celebra su ceremonia
anual en la cual se premian los logros académicos alcanzados por
los jóvenes graduados franceses. En ediciones anteriores, el
gran porciento de los estudiantes premiados, procedían de
disciplinas tales como Matemática, Economía,
Ingeniería, y Ciencias Naturales.
La
excepción de la regla en el certamen de 1960 resulta ser un
joven llamado Michel Jérôme Dufrénoy, un estudiante
de Literatura, que trata de incursionar ambiciosamente en los terrenos
de la poesía y la dramaturgia. Cuando Michel sube al podio a
recibir su premio, es abucheado y recibido con numerosos insultos y
sarcasmos. Es obvio que Michel es juzgado como un extraño en
este mundo de los años sesenta.
A lo largo de la historia, Michel intenta encontrar su
lugar en un mundo tan materialista. Su padrastro, que es un hombre de
negocios, le propone un trabajo en un banco prestigioso. Consiste en
actualizar las cuentas del banco diariamente y reflejarlas en un libro
de veinte pies de alto, que llamaban El libro grande. Los meses
pasan y Michel conoce a una joven llamada Lucy Richelot e
inmediatamente se enamora de ella. La muchacha, que corresponde a su
amor, es la hija del profesor que imparte la asignatura de
Retórica en la Universidad. Pero el Profesor Richelot es
despedido debido a la poca cantidad de estudiantes que se interesan en
el estudio de las Humanidades y él y su hija comienzan a pasar
por tiempos difíciles. Al mismo tiempo, Michel también es
despedido de su trabajo en el banco, ya que inadvertidamente
había derramado tinta en el libro donde hacía las
anotaciones. Es entonces cuando trata de encontrar suerte en La Gran
Compañía Dramática, donde un grupo de actores
representaban insípidas obras de teatro con estilo de novela
folletinesca, para un publico cada día más hambriento de
entretenimiento.
Horrorizado por esta situación, Michel abandona
la compañía y decide consagrarse completamente a escribir
poesía, pero su situación empeora rápidamente.
Además de ser atacado por el hambre y la pobreza, experimenta
una incesante frustración al ver que las casas editoriales no le
publican sus versos. De repente, una crisis golpea todo París.
Debido a un imprevisto cambio de clima, Francia sufre un largo
período de frío - algo sin precedentes en la historia del
país - y la temperatura desciende a 23 grados bajo cero. La
nieve comienza a acumularse en las calles y la ciudad entera se
convierte en un invernadero. Los miembros más pobres de la
población empiezan a morir y debido a los efectos del clima, la
agricultura del país comienza a devastarse y rápidamente
se extiende la hambruna por toda la ciudad. Por otra parte, el padre de
Lucy es expulsado de su pequeño apartamento y Michel, que
recorre frenético todos los sitios de la ciudad, no puede
localizarlos entre los muchos parisinos sin hogar que vagan por las
heladas calles.
Este impactante retrato de la vida de la capital
francesa en el siglo XX, no concluye con un final feliz. Solo en la
noche y rodeado de nieve, el joven héroe de la historia cae
abatido en el famoso cementerio parisiense Père-Lachaise y
comienza a llorar encima de la tumba de uno de sus héroes
literarios, Alfredo de Musset. Michel no llora sólo por
él, ni por sus sufrimientos personales, ni por el amor perdido,
sino por la muerte del idealismo humano. Maldice a París y a sus
insensibles habitantes y le ruega al cielo que envíe un diluvio
de fuego que los barra para siempre y los sepulte en el olvido.
Entonces, con el nombre de su amada en los labios, cae inconsciente en
la fría tierra y la novela termina abruptamente.
Este nuevo París descrito por Verne es la
extrapolada culminación de tendencias sociales muy palpables
durante la época en la cual vivió el autor, como por
ejemplo, el positivismo industrial, el capitalismo de mercado y el
crecimiento tecnológico acelerado.
La mayoría de las formas de arte, literatura y
música han desaparecido completamente o han sido redirigidas
hacia otros propósitos. La educación ha sido purificada,
vocacionalizada y regularizada para todos. La electricidad no
sólo ilumina la ciudad y sus anuncios publicitarios, sino que
también sirve como instrumento eficaz para la ejecución
de la pena capital. Los ciudadanos de París se han convertido en
marionetas de una sociedad eficiente pero represiva. Incluso, hasta las
mujeres parisienses que una vez resultaron ser elegantes y coquetas,
son ahora cínicas y endurecidas, al extremo de ser distinguidas
del sexo opuesto sólo por la forma de vestir.
En el plano
tecnológico, Verne nos describe un sinnumero de anticipaciones,
tales como: carros que utilizan como fuerza motriz la gasolina y que se
mueven a través de anchas calles; trenes moviéndose a
través de grandes túneles suspendidos por encima de la
ciudad (algo similar al metro de nuestros días); máquinas
electrónicas de cómputo de gran velocidad (las cuales
tienen una descripción muy similar a lo que hoy resulta ser la
computadora); dispositivos de comunicación a larga distancia que
sirven para enlazar los mercados financieros de la ciudad con las
corporaciones multinacionales mundiales (las cuales tienen el poder
político) y un moderno sistema para atrapar ladrones. En esta
era las armas militares se han vuelto tan perfectas, que la idea de una
guerra es totalmente desechable dado el profundo desastre que
equivaldría. Los cielos y océanos terrestres han sido
totalmente analizados y explorados y son conocidos con detalles sus
beneficios potenciales.
De acuerdo al prólogo de París en el
siglo XX, escrito por Piero Gondolo della Riva, el editor de Verne
se negó a publicar el manuscrito en el año 1863, poco
después del gran éxito obtenido por la primera novela de
Verne, Cinco semanas en globo.
Hetzel le explica sus razones a Verne en una carta que se estima fue
escrita a finales del año 1863 o principios del 1864. Hetzel
dice:
Mi estimado Verne:
Daría cualquier cosa por no tener que
escribirle hoy. Usted ha emprendido una tarea imposible y, como sus
predecesores, no ha podido hacerlo del todo bien. El manuscrito que me
ha enviado está muy por debajo del nivel de su Cinco semanas
en globo. Si usted lo leyera dentro de un año a partir de
esta fecha, estaría seguramente de acuerdo conmigo. El tema es
en extremo pesimista.
No estaba esperando la perfección. Supe
desde el primer momento que usted estaba intentando lo imposible, pero
realmente esperaba algo mejor. En esta historia, no hay un solo
problema acerca del futuro real que esté propiamente resuelto,
ninguna crítica que ya no se haya hecho antes. Estoy
sorprendido. La historia está inanimada.
... Siento verdaderamente tener que decirle esto,
pero creo que la publicación del manuscrito sería un
verdadero desastre para su reputación ...
...Usted no está todavía listo para
escribir un libro como este. Espere veinte años, y entonces
pruebe de nuevo ...
Hetzel también adjuntó muchos
comentarios editoriales en los márgenes del manuscrito de Verne
a medida que lo fue leyendo. Se observaban críticas como:
"evite el uso de neologismos en la escena inicial",
"estos diálogos grandilocuentes no son lo que usted cree
que son; ellos parecen ridículos y las circunstancias no lo
acompañan; este procedimiento está bien hecho si hubiera
sido desarrollado en un libro de aventuras y fuera la mano de Dumas
quien lo hubiera escrito, pero aquí, resultan poco
atractivos", "estas cosas no son muy agradables",
"no encuentro que estas hipótesis sean interesantes en modo
alguno". En un momento dado, Hetzel escribe lo que sería
quizás su crítica más fuerte al manuscrito, al
decir "Mi querido Verne, aun cuando usted fuera un profeta,
nadie hoy creería en esta profecía... simplemente no se
interesarían en ella"
Recientemente, algunos estudiosos de la obra de Verne,
incluyendo al propio Gondolo della Riva, han tratado de explicarse y
explicar al público el porqué de la negativa de Hetzel.
Se ha dicho que Hetzel temía que este relato desvirtuara el
estilo de novela que Verne había comenzado con Cinco semanas
en globo. Por otra parte, otros afirman que el editor - como bien
le dice a Verne - conocía que este tipo de narración ya
había sido hecha anteriormente por varios escritores. Hetzel
sabía que los intentos precedentes habían sido fallidos y
no quería que su "querido muchacho" - que era como lo
llamaba - fuera a perder el prestigio ganado con la publicación
de su primera novela. Lo cierto es que Hetzel se aseguró de que
Verne no se desviara de los proyectos literarios que él
había ideado para su joven autor.
Se habla de que esta obra puede ser considerada como
autobiográfica. El joven Verne solía tener en la
época en que escribió la novela las mismos
características que el Michel del siglo veinte. Él
escribe versos; está buscando un editor; tiene una visión
trágica de las relaciones humanas, de una sociedad donde - a
excepción de algunos amigos - él está solo.
El hecho real es que simplemente la línea
básica de esta novela contradice la imagen popular de lo que
debería contener una obra de Verne, es decir, una obra donde se
glorifique la exploración científica y la
innovación tecnológica. Verne insertaba frecuentemente en
sus historias amplias descripciones sobre la tecnología empleada
en sus libros, la cual estaba basada en fundamentos científicos
conocidos en su época. Todo esto lo mezclaba, además, con
chispeantes momentos de humor e ingenio. En contraste, en esta
historia, el autor nos hace ver un mundo futuro opresivo, injusto y
espiritualmente vacío. En lugar de aventuras épicas, el
lector encuentra crítica social. En lugar de intrépidos
héroes que van "donde nadie haya ido antes", el lector
comparte las tristezas y angustias de la vida de un solitario poeta. En
lugar de una historia de acción donde el hombre conquista la
Naturaleza, el lector testimonia la conquista de la naturaleza de un
hombre. Tales inversiones seguramente crean un poco de desconcierto y
consternación para todos los estudiosos. Esta narrativa parece
totalmente diferente al resto de su obra.
Desde su publicación inicial en París,
los medios de comunicación franceses y americanos han resaltado
la exactitud de los pronósticos técnicos de Verne. Pero
en la misma medida, se debería destacar el exacto y siniestro
retrato que el francés hace sobre la vida diaria en el siglo XX.
Verne intuye que las artes podrían desaparecer por completo,
siendo remplazadas por las Ciencias. Verne propone una Francia en la
que la práctica de la medicina y la ley ha terminado, debido a
que las personas no enferman y no disputan entre sí. Incluso,
imagina que sus compatriotas abandonarán la práctica de
la política, mientras que la diplomacia la anticipa como algo
anticuado.
Para los expertos de la
literatura de Verne, la súbita e inesperada aparición de
París en el siglo XX, causó algunos problemas. De
hecho, su existencia ha obligado a algunos a redefinir sus posiciones
con respecto a las obras del galo. Han comenzado a exigir una
reevaluación completa de la vida y obra del autor. Verne ha sido
visto a través de los siglos como "campeón del
positivismo y el progreso científico", a pesar del hecho de
que casi la mitad de sus obras esbozan teorías profundamente
escépticas acerca de los beneficios que el progreso
tecnológico puede traer a un mundo imperfecto. Sin embargo,
muchos estudiosos también han dicho que este cambio en la
actitud del autor comenzó a mediados de la década del 80,
después de una serie de tragedias en su vida personal y mucho
después de que sus novelas más famosas habían sido
escritas. Ahora, con la aparición de esta novela escrita por
Julio en el mismo comienzo de su carrera literaria, ellos
tendrán que reelaborar sus interpretaciones. Entre otras
consideraciones, deben prestar mayor atención al crucial papel
jugado por su editor y la influencia que éste ejerció
sobre Verne en el desarrollo de sus novelas iniciales. La
mayoría de los trabajos publicados luego de la muerte de Hetzel,
nos muestra un Verne retornando a sus temas de origen, donde abunda el
pesimismo científico.
Los estudiosos de Verne también han defendido
durante mucho tiempo el hecho de que éste no puede ser
considerado como un futurista en toda la extensión de la
palabra, puesto que - contrario a la creencia pública - la gran
mayoría de sus ficciones científicas no se desarrollaban
en el futuro; ellas estaban descritas en el presente o el reciente
pasado del autor. Sin embrago, existe una historia dentro de la
amalgama de cuentos escritos por el francés que ha irritado
durante años a los estudiosos, ya que no encaja en la
cronología lógica de la obra del galo y se trata del
cuento En el siglo XXIX: la jornada de
un periodista americano en el 2889. Esta historia, futurista no
solamente por la tecnología que en ella se describe sino por su
escenario, fue escrita en el año 1889, exactamente un milenio
antes de la fecha en que transcurre la misma.
Con la publicación de París en el
siglo XX, parece haber concurrido una gran ironía del
destino para todos los estudiosos de la obra del francés, ya que
la percepción popular que se tenía de Verne como profeta
y visionario del futuro es ahora más exacta que nunca, mucho
más exacta de la que los llamados "expertos"
sospecharon.
Bibliografía consultada
- Piero Gondolo della Riva, Préface.
Incluido en Paris au XXe siècle. Publicado en
París por Hachette en 1994
- Arthur B. Evans, The “New” Jules
Verne. Artículo incluido en Science-Fiction Studies, XXII,
número 65 de marzo de 1995. Páginas 35-46.
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